Porto de Galinhas, ¡el eterno verano!

 

Porto de Galinhas, en español Puerto de Gallinas, debe su curioso nombre a los navíos que transportaban ilegalmente a los esclavos en el siglo XVII. Afortunadamente eso es cosa del pasado y ahora al mencionarlo lo único que viene a la mente son sus paradisíacas playas de arena blanca y aguas esmeraldas.

Este pueblo pesquero, ubicado en el estado de Pernambuco, tiene como atracciones estrellas sus “piscinas naturales” que se forman a 200 metros de la costa cuando baja la marea. La mejor manera de llegar a ellas es a bordo de una jangada, la tradicional balsa de madera impulsada por una sola vela y que pueden ocupar hasta ocho personas.

La playa Muro Alto presume de tener las piscinas naturales más bonitas, gracias a su barrera de coral de 4 kilómetros que se encuentra en medio del mar y que evita que haya grandes olas. En sus “piscinas” de agua caliente formadas por los arrecifes y arena blanca nadan peces multicolores que te regalarán un verdadero espectáculo natural.

Uno de los símbolos de Porto de Galinhas es el caballito de mar y puedes conocerlo en Río Maracaípe. Sólo tienes que navegar en una jangada hasta llegar a los manglares; en tu trayecto disfrutarás de un paisaje único compuesto de corales, arena blanca y aguas cristalinas.

Para terminar el día, te recomendamos visitar el pequeño centro urbano, en donde podrás adquirir como recuerdo una gallina hecha de coco y degustar el postre típico bolo de rolo, un delicioso dulce relleno de guayaba. Además, en alguno de los bares podrás bailar forró, uno de los géneros musicales más populares de Brasil.

 

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