La capital de la samba y el futbol se extiende hasta la Bahía de Guanabara, donde la “fortuna natural”, el devenir entre montaña y mar acuñan esta gran ciudad atractiva por su turismo ecológico y social.
Puerto estratégico de la era colonial, su centro conserva hermosos ejemplos del barroco portugués, como el Monasterio de São Bento, donde se pueden escuchar a lo lejos los cantos gregorianos.
El Parque Nacional de la Tijuca, es una de las mayores reservas urbanas del mundo y el hogar de monos capuchinos e incontables aves. Para llegar al Cerro del Corcovado, hay que tomar el ascensor que lleva a lo alto del Cristo Redentor, la enorme estatua art déco, símbolo de Río, desde donde disfrutarás de una vista incomparable de la ciudad.
Una vez estando en lo alto, podrás descender en parapente y aterrizar en la playa de moda, Barra da Tijuca, no tan concurrida como sus rivales, Ipanema y Copacabana, ideales para los deportes acuáticos. Pero si prefieres un ambiente más natural, en el interior del Parque Natural Municipal da Prainha, Grumari y Prainha son dos playas perdidas entre la vegetación, con aguas cristalinas y oleaje para el surf.
Y para comer delicioso, no olvides probar la tradicional feijoada un plato de frijol y carne de cerdo, los churrascos o un mousse de maracuyá. Recorre el Barrio de Santa Teresa en el bondinho, un centenario tranvía eléctrico, entre casonas afrancesadas convertidas en boutiques gourmet y galerías de arte. ¡Hermoso!
Las favelas, que son asentamientos urbanos populares, se confunden con las zonas turísticas de Río. Sus pobladores las han convertido en un atractivo más. En la Plaza Corumbá, del barrio de Botafogo, se reúnen jóvenes guías, nacidos en la favela de Santa Marta, que te guiarán, con total seguridad, por estrechas calles empinadas de coloridas casitas y talleres de artesanos para escuchar samba y degustar queso frito con orégano.
Recorrer estos lugares marcarán tus vacaciones de manera inolvidable, y para que empieces a planear, te recomendamos hospedarte en algunos Resorts que conocemos y nos encantan.
¿Te dieron más ganas de viajar?
