¿Te dieron más ganas de viajar?
Por Emily Bunker
Sigues soñando con ese viaje al Gran Cañón. Hacer senderismo por doquier; recorrer los rápidos del Río Colorado en lancha. Avistar alces, bisontes y borregos cimarrones. Maravillarte ante un paisaje que tardó seis millones de años en formarse. Pero tu cartera te dice: “Ni en sueños vas a poder pagar eso”.
Pero sí, hay una manera y este es uno de los secretos mejor guardados de las temporadas medias. A partir de marzo y hasta mayo, tanto como de septiembre a noviembre, disminuye hasta por el 50% la cantidad de visitantes al cañón que lo recorren durante la alta temporada veraniega. Y con ello, también bajan los precios.
La temporada media es el momento ideal de viajar, una perfecta época entre las temporadas altas y bajas del turismo. Al viajar en estos períodos intermedios menos codiciados, te toca experimentar espectaculares destinos vacacionales de manera mucho más económica. Prácticamente todo, desde pasajes aéreos hasta entradas a grandes atracciones tienen un costo menor comparado con los precios de las temporadas altas, lo cual facilita mucho viajar con un presupuesto más accesible.
Ahora bien, esto no quiere decir que jamás debes pasar tus vacaciones en temporada alta; después de todo, hay una razón por la cual todo el mundo viaja en aquellos períodos. Pero cuando buscas ahorrar dinero y aprovechar las bondades de un clima templado y de menos multitudes, la temporada media es idónea para travesías y aventuras que no te ponen en ceros.
La temporada media de cada destino es un poco diferente. Por lo general, se da en la primavera o el otoño, pero no sólo son las estaciones del año lo que determinan estas etapas. Todo se tiene en cuenta, desde los horarios de clase en las escuelas, hasta eventos locales populares e incluso los patrones climáticos. En general, recomendamos viajar durante el año escolar y evitar grandes feriados o festivales a los que no planea asistir. Después de elegir tu próximo destino vacacional, no dejes de realizar un poco de investigación antes de reservar en tu resort, a fin de programar tu viaje durante tu temporada media en particular.
Si tienes ganas de playa, la primavera resulta un buen punto de partida. Por ejemplo, en Puerto Vallarta los precios llegan a bajar en un 30 o hasta un 40% de descuento a partir de abril y hasta comienzos de junio, después de la alta temporada invernal y antes de comenzar el calor intenso de la temporada de lluvias (reportó el Washington Post). Un momento ideal para descansar en la playa y practicar esnórquel sin tener que tratar con la multitud de gente.
Para quienes se inspiren por el llamado de la montaña, el otoño es el momento indicado para ir explorando. Sí, es verdad que puede hacer más fresco durante estos días, pero los senderos ahora se embellecen con árboles cuyo follaje refleja bellos y múltiples matices. Ahora bien, si tu pasión es el deporte de nieve, fíjate que la mayor parte de los resorts de esquí tradicionales no cuentan con una verdadera temporada media. Así que dirígete a destinos de gran altitud tales como, Whistler (en Columbia Británica) y aún puedes esquiar y ahorrar durante una temporada media primaveral que se da a partir de finales de abril hasta mediados de junio.
Si tienes la opción de viajar en coche, resulta casi siempre el medio de transporte más amigable para la cartera, particularmente si de todos modos tuvieras que haber rentado un auto al llegar a tu destino. De otra manera, asegúrate de comparar vuelos antes de lanzarte. A fin de cuentas, encontrar un pasaje barato se trata de flexibilidad. Con tal de que estés abierto a posibilidades, con frecuencia te puedes encontrar con una buena oferta durante la temporada media del destino. Aprovecha una plataforma como Google Flights para investigar y comparar itinerarios y asegurarte el mejor precio por el dinero que gastas. Haz clic aquí para unos tips acerca de volar seguro.
Al realizar tu búsqueda, ve probando distintas fechas. Cambia las fechas de llegada y salida en un plazo de uno a tres días para identificar cuáles son las más económicas, regularmente son días de entresemana. Además, escoger un vuelo que despega a una hora menos conveniente (por ejemplo vuelos nocturnos) es otra manera de ahorrar. Ten en cuenta que toda aerolínea tendrá su propia política acerca del precio de equipaje de mano y maletas facturadas; a veces el itinerario más barato no resulta la mejor opción si no te dan gratis un equipaje de mano. ¿Te tocan nuevas maletas? Te dejamos aquí unas ideas para viajar.
Las vacaciones no tienen que dejarte en quiebra; fijar tu presupuesto es un buen paso preliminar. Al tener presente una firme gama de precios, será más fácil encontrar maneras de no exceder tus límites. Ya sea que busques descuentos o elijas actividades menos costosas, existen muchas opciones para viajeros inteligentes.
Si puedes estar flexible en cuanto a destinos, considera sitios alternativos a los lugares más frecuentados. Visita las Outer Banks de Carolina del Norte en vez de gastar más en Myrtle Beach. La Ciudad de Quebec en vez de París. Prueba los vinos del Hill Country texano en vez de los del Napa Valley. Sin importar dónde decidas ir, ten en cuenta que un escape de entresemana es típicamente más accesible que uno de fin de semana.
En todo tipo de viaje, la comida es un gasto que siempre va en aumento. Es verdaderamente tentador no resistirse a ese restaurante de cinco estrellas y sus cenas tan extravagantes, pero, ¿por qué no probar el lugar a la hora del almuerzo? Costará menos que cenar y será igual de delicioso. Si aún quieres consentirte con una noche de gran gala, puedes compensar comiendo desayunos y comidas más económicos. Hasta descubrir el mercado local y disfrutar la mayor parte de tus comidas en los espacios del resort. Siempre hay una manera de hacer rendir cada pesito para pagar el gran viaje que mereces.
¿Te dieron más ganas de viajar?
