Vive la aventura entre dos mares en Panamá

 

Panamá es mundialmente conocido por la maravilla de su ingeniería que une al océano Pacífico con el Atlántico. Sin embargo, el Canal sólo es una pequeña parte de lo que puede ofrecer este país con la ciudad más cosmopolita de Centroamérica.

A las orillas del Pacífico, con sus arenas blancas y suaves corrientes, se encuentra Farallón, una antigua base militar ubicada a 90 minutos de la capital. Además, muy cerca de ahí se encuentra El Valle de Antón, una reserva ubicada en el cráter de un volcán extinto en la que abundan los famosos árboles cuadrados y la rana dorada.

Si prefieres un ambiente relajado, Bocas del Toro es una excelente opción. Podrás llegar a este archipiélago de nueve islas a bordo de un “diablo rojo”, los curiosos autobuses urbanos, y un taxi acuático. Ahí el turquesa de sus aguas envuelve selvas casi impenetrables. Las aldeas pesqueras, detenidas en el tiempo, tienen un vistoso paisaje por sus casitas levantadas sobre pilotes para evadir la marea alta.

 
 

Panamá también es una oportunidad para hacer turismo cultural. En el archipiélago vecino de San Blas se encuentra la reserva de los indígenas gunas. Aunque deberás pedir autorización al cacique para pasar la noche en alguna de las 45 islas habitadas, podrás conocer de cerca un estilo de vida natural en el que los cocos son moneda corriente y se come al calor de las brasas.

De regreso a la capital y para finalizar el día, una parada obligada es la Canopy Tower, una antigua instalación militar en medio del bosque a la que se sube en un teleférico para apreciar al Canal de Panamá en tu toda su magnificencia.

 

 

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