En el millón de kilómetros cuadrados de la región más boreal de Canadá hay espacio para todo tipo de paisajes y expresiones de todas las culturas.
para disfrutar todos los momentos
Camino a las Cataratas del Niágara sobre la ruta 81, se extienden coloridos viñedos donde cada invierno se produce el icewine con cepas de uvas heladas: marida perfecto con el imponente espectáculo de la caída de las aguas.
Elige entre la seguridad de los miradores, mojarte a bordo del Maid of the Mist, el vuelo en helicóptero o lo alto de la Torre Skylon, cuyo restaurante giratorio satisface las demandas de cualquier comensal exigente.
El traslado a Toronto lleva poco menos de dos horas, e implica entrar a un mundo que conjuga todas las culturas. Hay una Little India, un Little Portugal, un distrito griego, iglesias ortodoxas rusas y tres barrios chinos, cada rincón con sendas mercancías y platillos.
Si el frío incrementa, utilice el PATH, 27 kilómetros de túneles que conectan hoteles, estaciones del metro y 1,200 tiendas. Se trata del mayor centro comercial (shopping) subterráneo del mundo. Su punto más notable: la Allen Lambert Galleria, una futurista catedral de cristal.
Al oeste de Toronto se extiende la región de Kawartha: una red de canales, lagos y ríos que se puede recorrer en crucero o a bordo de una casa flotante mientras se practica la pesca de muskies gigantes, grandiosos peces de agua dulce propios de Norteamérica.
Otra alternativa para navegantes y ciclistas es la Ruta Patrimonial Rideau, que va del idílico pueblo de Kingston a Ottawa y que abarca los paisajes más bellos de Ontario, incluida la capital de la miel de maple: el condado de Lanark, donde saborearás los mejores hot cakes del mundo y podrás visitar una auténtica cabaña de azúcar. Da clic aquí para reservar tu hospedaje.